ALMANAQUE MÁGICO - De: Daniel Álvaro Martínez


Así como Don Quijote supo avizorar gigantes donde la rutina sólo mostraba a Sancho molinos de viento, asimismo el hechizo lúdico del autor supo transformar un almanaque mágico un calendario perpetuo gozado desde su primera década. Al influjo de este talismán inspirador profundizó en la comprensión y tratamiento informático de los calendarios que acompasaron la evolución de Occidente. Y este conocimiento le resultó decisivo para afrontar con éxito desafíos asociados al error más espectacular de la historia de la ingeniería: el "Y2Kproblem" o "efecto 2000". Su experiencia laboral durante las dos últimas décadas del siglo XX, desarrollada en un centro de cómputos rodeado de cemento, y su recurrente apelar al embrujo de sus primeros recuerdos, dieron marco al proceso creativo de esta obra en la que ciencia y poesía -tan comúnmente distanciadas en ámbitos tecnológicos- unifican empeños por aprehender y testificar con sostenido asombro la totalidad de cuanto vemos.